jueves, 19 de agosto de 2010

PUBLICACIONES SOBRE LA TRAYECTORIA DE MAURO VELASQUEZ VILLACIS EN OTROS MEDIOS DE INFORMACION

To Patriicia Velasquez V.
From: ricardo vasconcellos (rvasco42@hotmail.com)

Querida Patricia:
Mi hijo Ricardo, quien es amigo y admirador de Mauro y quien llegó alguna vez a trabajar con él en Radio Caravana, me llamó para decirme que me enviaba una página de El Telégrafo dedicada a nuestro querido Mauro.
Le he leido con enorme interés y encuentro que retrata una parte de la rica personalidad de mi colega y amigo de toda la vida. Coincido con aquello que dice que es el ecuatoriano que más y mejor ha visto el fútbol.
En el periodismo la insignia es el canibalismo, la descalificación de los que pensamos que el fútbol puede hermanarse con el arte, como era antes. Nos dicen que somos soñadores como si tener sueños fuera un delito. Por eso me ha sorprendido gratamente esta página y voy a averiguar quién la escribió para agradecerle en nombre del viejo periodismo y de la hermandad que guardo con Mauro.
Si no la ha visto antes, se la envío para que la disfrute.
Con un abrazo emocionado,
Ricardo

http://www.telegrafo.com.ec/retrato/noticia/archive/retrato/2009/03/26/Mauro-Vel_E100_squez-Villac_ED00_s_3A00_-Coleccionista-de-gambetas.aspx

MAURO VELASQUEZ VILLACIS: Coleccionista de gambetas


MAURO VELASQUEZ VILLACIS
FOTO de GABRIEL PROAÑO (DIARIO EL TELEGRAFO, GUAYAQUIL)

Datos
Mauro Horacio Velásquez Villacís nació en Guayaquil en 1943. Abogado de profesión, hace periodismo desde los 16 años, cuando comenzó en Radio Ortiz, una estación del doctor Rigoberto Ortiz Bermeo. Casado con Carmen Elena Romo, tiene cuatro hijos: Carmen, Mauro, Mauricio y Mariela.

Es autor de varios libros sobre fútbol nacional, entre los que sobresalen “De Chuchuca a Spencer, veinte años de fútbol” y “El fútbol ecuatoriano y su selección nacional”. Además, ha sido columnista y comentarista de medios como El Telégrafo y CD7. Considera que su biblioteca es su refugio, su tesoro.

Los torneos sudamericanos que ha cubierto como periodista son: Sudamericano de fútbol de Guayaquil, 1959; Copa América de Argentina, 1987; Copa América de 1991, Chile; Copa América de Ecuador, 1993; Copa América de Uruguay, 1995 y Copa América de Bolivia, 1997.

Dice que no recuerda el gol que más gritó en la vida, pero aclara: “seguro que fue uno de Barcelona, incluso más que cualquiera de la selección. Antes que ecuatoriano, soy barcelonista”, suelta riendo, aunque no se sabe si en broma o en serio. Le gustó el Barcelona de Spencer, el de Trobiani y el de Etcheverry.

A nivel mundial, según opina, el mejor fútbol se ve, hoy en día, en Inglaterra. “Allí está el mejor espectáculo del planeta”. En cuanto a Ecuador, cree que antes era más fácil traer jugadores de mayor cartel y eso alentaba a los fanáticos a ir al estadio. “Hoy el buen fútbol ha menguado”. Es quizá el ecuatoriano que más y mejor fútbol ha visto. Estuvo en la consagración de Pelé y Maradona, disfrutó a Garrincha en su mejor momento y a Spencer como amigo.


Decían que no se podía hacer. ¿Un programa, la noche del domingo, con tomas y comentarios de los partidos jugados esa misma tarde? Imposible. Pero él dijo sí, sí se puede. Fue Telecuatro Guayaquil –que luego se llamó Telesistema y hoy RTS- la cadena que arriesgó en la apuesta. Así nació “La número cinco en acción”, que disparó el rating como una bengala. “Hizo una roncha terrible”, recuerda Mauro, desgajando con la mano el toldo de sombra que cubre la sala de su casa, a pesar de la canícula que afuera arde. “Después, todo el mundo empezó a copiarlo”.

Eran principios de los 70, y el comentarista de fútbol había regresado de uno de los eventos que marcó con más fuerza su sensibilidad: el mundial de México 70, “con un equipo de Brasil que parecía una compañía de artistas”. Allí presenció, además, el que considera el partido más fascinante al que ha asistido: la semifinal Italia vs. Alemania, en la que Beckenbauer jugó con el hombro dislocado. En el graderío, captado totalmente por las causas y azares de un juego sanguíneo, olvidó las tardes en que, por bajas notas en la escuela, lo castigaban dejándolo sin ir al Capwell, única cancha que existía en el puerto de Guayaquil. “Claro, era el castigo más cruel que podía concebirse”, sonríe, ameno, desdibujando su rostro marcial.

A su padre, también llamado Mauro (“Senador de la República, cuando para algo servía serlo”), quien fue asmático toda su vida, no le interesaba el fútbol. Con él no tenía chance de ir al estadio… “A veces me llevaba, pero con malestar. Yo estaba loco con el juego: después de mí, nacieron cinco hermanas, ¡y las ponía a patear pelota en la casa!”. Fue el tío Leonardo el que lo llevó siempre. Iba de casa en casa reclutando sobrinos, hasta que armaba una banda de veinte muchachitos que llegaban al Capwell, donde Mauro vio al Everest, Valdez, Patria, Nueve de Octubre, Panamá, Norteamérica… pero, de entre todos, se enamoró de un cuadro de amarillo y negro. “Debe haber sido porque Fausto Montalbán, el gran delantero barcelonés de la época, era primo de mi madre, y mi tío siempre me lo repetía”.

“Yo estaba loco con el juego: después de mí, nacieron cinco hermanas, ¡y las ponía a patear pelota en la casa!”
El periodismo deportivo –que ejerció desde la adolescencia- le permitió asistir, también, a los mundiales de España 82, México 86 y Estados Unidos 94, además de a un sinnúmero de torneos sudamericanos. En todo aquel periplo logró observar a algunos de los más grandes jugadores de la Historia. A Pelé lo vio, por primera vez, en Guayaquil, a principios de los sesenta, en un partido que el Santos disputó contra Emelec. Mauro recrudece, en la mirada y el verbo, el asombro de aquel día cuando cuenta que el brasileño levantó la cabeza por encima del horizontal del arco para cabecear y marcarle al arquero Cipriano Yu Lee. A Maradona lo vio comerse el mundo en México 86 (“un gran jugador, pero un ser despreciable en muchos sentidos”); a Garrincha hacer y deshacer en el Maracaná, en su mejor momento (“solo con el amague del cuerpo los defensas salían a agarrarlo, y él estaba parado en el mismo sitio”); a Sívori, Cubillas, Gordon Banks... y a Spencer, por supuesto, “el ecuatoriano más grande”; su gran amigo.

Los ojos se enrojecen, húmedos, las palabras se tornan lentas, como que adelgazan: “Era un gran ser humano… tal vez lo que le faltaba al negro era malicia. Se abría demasiado a la gente, y había mucho sinvergüenza que se aprovechaba de él. Era encantador… Mi padre, que aceptaba el fútbol tan difícilmente, lo quería muchísimo… para él era una cosa festiva cuando Alberto iba a visitarlo a su estudio, y Alberto nunca, nunca dejaba de ir cuando estaba aquí”. Calla un momento, paladea un poco la tristeza, y agrega: “es una de las personas que yo más quiero”.

Con otro monstruo futbolístico con el que entabló amistad fue con el capitán brasileño Carlos Alberto, cuando comentaron juntos un sudamericano (“me llamaba para Navidad”); con Labruna conversó, alguna vez, largo (“era una enciclopedia el viejo); con Perico León, una buena tarde, se tomó un trago (“simpático el hombre”)... Mauro se siente cómodo, siempre, entre gente de fútbol, tema que incluso le ha gustado más que su oficio de abogado (“no ejerzo desde hace años”). Eso sí, nunca jugó (“era malo, malo, malísimo); nostalgia siente por el amor a la camiseta (“hoy lo que hay es amor al billete”) y ahora evita ir a los estadios: antes de por una puñalada, prefiere morir acostado en su cama.
Fabián Darío Mosquera
fmosquera@telegrafo.com.ec
(Tomado de la edición impresa del 26 de marzo del 2009)







ECUADOR: A FEW OBSERVATIONS FROM A SOCCER NATION




Sunday, July 19, 2009

ECUADOR: A FEW OBSERVATIONS FROM A SOCCER NATION by Roberto J. Mera

Ecuador, the place of my birth and the reason soccer runs so deeply in my veins. I'm giddy when Ecuador wins, pathetically upset when they lose but at the same time I remind myself that we were always the underdogs. Behind Bolivia and Peru and only superior to Venezuela. Now I cheer for the USA with just as much candor. It is my home and has been so for much longer than Ecuador ever was. When it comes to clubs, however, Emelec is my favorite team. And this is much to the dismay of both the Velasquez and the Mera families (fans of Barcelona SC de Guayaquil).

Added to all of the above, I am also related (nephew) to the great Mauro Velasquez Villacis, author, commentator, friend of Pele and Alberto Spencer. I spent a few precious minutes with him in his majestic soccer vault, where he stowed away detailed statistics on all the major games of the world, descriptions of every goal Pele scored, news and notes and biographies of countless soccer personalities. Today's posting is not so much about him but more on what people there think of the US game, important recent events and past stars. I spoke with uncle Mauro as well as other fans of the beautiful game. The questions are generic and the answers are the general feel from all the interviewees. Here are a few words from them . . .

What do you think of the US national team?
Very solid. Great faith in their game and extremely focused. They stick to the game plan.

And what about the future of the US in soccer?
They can only get better from here. They have the seeds and the infrastructure.

Is Cristiano Ronaldo really worth the millions Real Madrid spent on him?
Yes. There is no one else like him.

What about Argentina? Maradona?
Maradona's appointment was just a stunt. He can't coach. He wasted away his brain cells through years of drug abuse. Argentina won't go far with him as coach.

What do you think of the current Ecuador national team?
Felipe Caicedo is not working well for the team. He's too erratic and not dangerous enough and does not compliment Benitez.

And Liga de Quito's triumph in the 2008 Libertadores?
There is a difference between club and country. Most answered they did not care for Liga's success since it's a club and does not represent them (most were Barcelona or Emelec fans). I feel otherwise. It was a triumph for Ecuador soccer, one that added to the national team's success in 2006. I wrote more about this on another blog entry.

That's all for now. I was enlightened by my soccer talks during my brief stay in Quito and Guayaquil. I will have a couple of posts dedicated to Mauro Velasquez Villacis. Stay tuned